Hace unos días visité la exposición «Ferrán Adrià: Auditando el proceso creativo«. Y la recomiendo.  Montada por Adrià y su equipo, con el objetivo de decodificar el proceso creativo de El Bulli, el resultado es un alarde de creatividad en sí.

Al visitar esta exposición, además de disfrutarla, andaba buscando respuestas a porqué un restaurante de un lugar apartado de Cala Montjoj se había convertido en estrella de la gastronomía mundial. Claves que pudieran ser de utilidad e inspiración para otras pyme y emprendedores.  He aquí unas pocas reflexiones:

1.Innovación. La innovación y la creatividad han sido el mandamiento y la obsesión de El Bulli. Había que cuestionarse todo e innovar constantemente, buscando nuevas maneras. En palabras de Ferrán Adrià: “hay miles de millones de procesos creativos. Cada minuto desde que empezó, este proyecto va cambiando”.

El Bulli no solamente revolucionó la gastronomía – ¡que no es poca cosa! – sino que cualquier aspecto, incluyendo detalles aparentemente menores, era susceptible de cambio y de mejora. Como por ejemplo, los horarios del restaurante – que cambiaban cada año – y la vajilla –en especial, la fructuosa colaboración con el diseñador Luki Huber dio lugar a creaciones de lo más sorprendente -.Vajilla1

Hay diversos niveles de innovación: se pude ser disruptivo – como El Bulli -, vanguardista, moderadamente innovador, etc. Centrándonos en la pyme, quizás no sea necesario llegar a la  “deconstrucción”, pero sí lo es innovar y, sobre todo, tener la actitud y las ganas de hacerlo. Sin embargo, resulta descorazonador observar como muchas empresas repiten día tras día los mismos esquemas, protocolos y rutinas, que posiblemente les hayan funcionado en el pasado. Esto crea aburrimiento y mata la creatividad: los empleados, si los hay, irán a cumplir su horario de oficina, pero no se puede esperar de ellos que innoven.

¿Por qué no atreverse entonces a introducir novedades, aunque sean pequeñas? Progresiva y sistemáticamente. El método de “prueba y error” nos dirá cuáles funcionan y cuáles no. Pero sobre todo, hagas lo que hagas, innovar es de importancia vital y hay que cultivar el hábito de la innovación.  El Bulli logró una gran eficiencia y eficacia en sus procesos de innovación creativa.

2. Dar alas a la creatividad. El Bulli cerraba seis meses al año. Y no solo para tomarse un respiro después de una época de trabajo agotadora, sino sobre todo para alimentar la creatividad. Experimentar nuevas culturas, buscar aires nuevos a través de los viajes, inspirarse en general, para seguir creando en el taller – fueron  1.866 los platos creados – sin el estrés del servicio.

En una pyme también es necesario imponerse tiempos muertos, de forma sistemática, para crecer,  ver y experimentar cosas nuevas, formarse y renovarse. Tiene que haber un término intermedio entre los seis meses de El Bulli y las breves vacaciones de verano dedicadas únicamente al descanso físico. Quizás se podría empezar reservando algunas horas a la semana o unos pocos días al mes, de forma metódica, para experimentar algo distinto, recrearse en nuevas experiencias, aprender, lejos del día a día.

3. Pasión, pasión y pasión. Un mantra para Ferrán Adrià y El Bulli.  Sin pasión no puede haber  creatividad ni energía para innovar.  Además, siendo prácticos, sin pasión no se habrían podido aguantar las jornadas maratonianas en El Bulli y el nivel de brutal autopresión para superarse constantemente.

Todo esto se aplica perfectamente a los emprendedores. Si no te brillan los ojos hablando de tu proyecto, vas por mal camino. Y si tu propia empresa te aburre, difícilmente tendrás la energía suficiente para llevarla adelante con éxito. Antes de plantearte el cierre, sería conveniente introducir mejoras y novedades que te ilusionen y te devuelvan la pasión.

4. Paciencia. El éxito no llega de la noche a la mañana. Es fruto de la tenacidad, de mucha paciencia y de seguir trabajando intensamente. El Bulli atravesó muchas dificultades, también económicas. Si crees en tu idea, hay que seguir adelante, con confianza, incluso en los malos momentos, cuando te falte el apoyo y  tu proyecto peligre.

5. Cuidar los detalles. Este tema me resulta fascinante – ya hablaba sobre la importancia de cuidar cada detalle en un post anterior  – y El Bulli siempre me ha parecido el ejemplo perfecto. En este video se puede apreciar cómo nada se deja al caso, cuando el restaurante de CalaMontjoi abre sus puertas.

PLASTILINA1

 

En la exposición me llamó la atención este detalle. Se requería una precisión absoluta para reproducir los platos de El Bulli y para que todo saliera perfecto, se habían modelado piezas de plastilina del mismo tamaño y forma que las elaboraciones.

 

 

Analiza cada detalle, cada contacto de tu pyme y perfecciónalos. En mi experiencia, las empresas que funcionan, comparten el cuidado del número máximo de detalles, con mimo y cariño.

Tanto Ferrán Adrià como El Bulli resultan muy inspiradores. Estoy muy contenta de haber podido profundizar en su conocimiento, gracias a esta exposición. Por cierto, para tu inspiración, te recomiendo también la magnífica colección de 10 documentales  de RTVE.es A la Carta “El Bulli, historia de un sueño”.